Dicen que la vida real y la que se vive en internet es básicamente la misma, salvo que a diferencia de la primera, en la segunda los demás solo pueden ver la pequeña parte de nosotros mismos que finalmente deseamos que les sea accesible a ellos. O sea, que sin mucho esfuerzo, en Internet podemos ser lo que queramos ser mientras que en la vida real somos, básicamente lo que somos, sin que medie posibilidad alguna de que podamos engañar a quienes se encuentran a nuestro alrededor acerca de nuestras preferencias, obsesiones, o modos de parecer intrínsecos a nuestra propia persona.

Ello hace, que inconscientemente, pensemos que lo que podamos hacer aquí, en Internet, en la blogosfera, no tiene porqué afectar a nuestra vida de carne y hueso, nuestra vida real. Es más, algunos incluso se alarmarían porque un acto realizado por ellos en este cibermundo, pasara a ocasionar alguna reacción en su vida anónima de realidad.

Y todo junto y revuelto, que es como se suelen cocinar las cosas en este pequeño gran universo cibernauta, nos hace viajar irremediablemente hacia un mundo de contradicciones que son más evidentes cuanto mayores y grandilocuentes son las palabras que utilizamos para referirnos a aquello a lo que se supone que nos referimos. El último ejemplo, como no, lo del manifiesto y las libertades.

No voy a reproducir aquí el manifiesto. Eso sí, si le quieren echar un vistazo les recomiendo cualquiera de los blogs que anteriormente lo han publicado íntegro entre sus páginas. Una sencilla búsqueda en Google les llevará a ello. También les dejo este vídeo, por si son de esos que no son amigos de los enlaces y su seguimiento, que les ofrecerá la lectura del dichoso manifiesto.

Pero a lo que vamos. Pongamos encima de la mesa que servidor está más que al lado de aquellos que pregonan, que ninguna web debe ser eliminada en mor de un consejo gubernamental, que para nada tendrá que ver con un órgano de justicia efectivo. Soy de los que piensa, que cuanto más poder se le otorga a un gobierno, menores son las libertades de la ciudadanía. Y aún peor, cuanto más sencillo le es al estado actuar contra sus propios ciudadanos manteniéndose al margen de juzgados, fiscales, abogados y jueces, mayores inseguridades y riesgos para la libertad recaerán sobre estos.

Y poniendo esto sobre la mesa, solo puedo decir que no entiendo cómo los cibernautas de este país han llegado a esa extraña convicción sobre la cercanía de un peligro sobre la libertad de expresión, que les ha echo mezclar las churras con las merinas y pregonar con las venas inflamadas a lo largo del cuello que esta estaba a punto de irse al traste por la acción torpe y descuidada de un gobierno en horas bajas.

Se ha mezclado el derecho a percibir una remuneración en base a un derecho intelectual sobre una obra, con un supuesto atentado a los derechos de libre expresión. Y para más inri, se ha invocado a la inconstitucionalidad del mismo, en base a una probable forma de censura que podría, al cabo del tiempo, terminar en una falta palpable de libertades ya no solo aquí, sino en el mundo entero.

Es peligroso, y creo que esto debería recordarlo más de uno de los que se sumó gustoso a eso del manifiesto, que echar en cara a un gobierno el que se está contra la libertades y estamparle en la cara la propia Carta Magna para recriminarle alguna de sus acciones, podría ser mucho más que contraproducente. Entre otras cosas, y siento de nuevo volver sobre este tema, porque la mayoría de los bloguers de este país llamado España, están generando ingresos en “b” a través de sus blogs sin que estos sean ni empresa, ni negocio legal.

Es más, habría que suponer que a un ladrón, que lleva en la mano un bolso de una víctima reciente, nunca se le ocurriría ir a denunciar en la Policía otro supuesto robo efectuado por un tercero. Entre otras cosas, porque lo más probable fuese que la víctima de su hurto se encontrase en ese mismo lugar denunciando su propio acto delictivo. Cosa que irremediablemente lo llevaría a ubicar, sin remedio, sus ilustres posaderas en la celda de la misma comisaría en la que entró unos instantes antes.

Así las cosas, se me hace extraño que los mismos que invocan las libertades y la constitución, esos mismos que pregonan la legalidad y el máximo respeto a las leyes que nos permiten la convivencia a todos nosotros, sean los que la violan en primera instancia a sabiendas de que lo que hacen en sus blogs es manifiestamente ilegal y delictivo.

Estamos cansados de leer en los blogs que tratan los temas SEO, referencias explícitas a la idea de la publicitación de una marca para nuestros blogs. Eso es lisa y llanamente que se nos empuja, siempre y cuando nosotros queramos hacerlo, a ver en nuestro blog no solo un lugar en el que expresarnos libremente, sino un lugar en el que hacer negocio bajo el auspicio de una marca que nos identifica.

Las diferentes formas de negocio ya las conocen todos ustedes. Van desde el propio adsense que Google nos provee a todos de forma instantánea, hasta la venta de links, pasando por la inclusión de banners en nuestros blogs y acabando por cobrar por artículos de según qué empresas que se prestan a ello. Todos aquellos a los que sus blogs les están generando algún tipo de ingresos, por insignificantes que sean, y que ni son empresa, ni autónomos, y ni siquiera son capaces de declarar a hacienda los mismos, están ni más ni menos que defraudando al estado.

Y ello hace que su protesta, enérgica y equivocada no el en fondo, sino en superficie, pueda acabar despertando al león que creen haber acabado de derrotar y les suma a ellos mismos en la más inmunda de las ilegalidades.

Lo recuerdo, estoy a favor del fondo que promueve ese manifiesto. Lo que no acabo de comprender es que tantos y tantos que son capaces de saltarse a la torera las leyes en este país, sean también tan valientes como para acusar al propio estado de fomentar y desear una ilegalidad.

Es más, me sorprende sobre manera, que quienes dicen que hay que preservar el derecho universal al acceso a la cultura, como muy bien dice el preámbulo del mentado documento…

Ante la inclusión en el Anteproyecto de Ley de Economía Sostenible de modificaciones legislativas que afectan al libre ejercicio de las libertades de expresión, información y el derecho de acceso a la cultura a través de Internet, los periodistas, bloggers, usuarios, profesionales y creadores de Internet manifestamos nuestra firme oposición al proyecto, y declaramos que…

…sean los mismos que acaban llamando ladrones a quienes optan por llenar sus blogs de contenido ajeno a través de la copia íntegra desde el feed. Y delincuentes a quienes optan por clonar sus blogs mientras ganan dinero ilegalmente con adsense.

O una cosa o la otra señores, pero las dos a la vez y mezclándolas con libertades y presunciones de inocencia no. Decididamente creo que esta semana la blogocosa perdió del todo la mesura y la objetividad.

Pd:

Siento haberles pegado esta ostia al final con las declaraciones de Dans y su cara, pero creo que nadie mejor que él para escenificar aquello de hablar sin descanso, con la valiosísima capacidad de acabar por no decir nada.

7 Comentarios:

    La vida real es mucho más plena, densa, llena de sentimientos y más difícil que la vida en internet, para mi son incomparables. Y como ejemplo, en la vida real todas las representaciones se eligen democráticamente (hasta en la Comunidad de Propietarios) pero en la vida virtual los proclamados o autoproclamados gurús se "nombran" respresentantes de los internautas (dicen que actúan en su nombre pero hablan de la defensa de los derechos de todos) por una llamada del Ministerio; ¿por qué no llaman a la Asociación de Intenautas?... porque lleva muchos años luchando contra las imposiciones y atropellos de la SGAE y los políticos que les rinden pleitesía.
    El poco éxito de su manifestación se debe a que la gente no vive por y para internet como ellos; además, con la que está cayendo en la vida real...

    Un saludo

    Mira que también me llamó a mi la atención aquello de que les llamara el propio ministerio para hacer esa reunión. Eso si, como bien dijo David ((de dondado) en twitter, justamente esos que fueron a la reunión sí que son empresas.

    A quienes yo me refiero en esta entrada no es a ellos, que luchan por sus intereses como empresa, sino a todos los que se sumaron a esa protesta, pero que luego no responden de la misma forma a la legalidad cuando de sus ingresos se trata, o cuando la copia no es de un cd de música, sino de una de las entradas de su blog.

    Ahí está el problema y ahí la hipocresía.

    Largo e interesante editorial. La verdad es que todos deberíamos reflexionar sobre lo que es internet, para qué lo usamos y cómo defender nuestros derechos

    Interesante análisis, Antonio. Enhorabuena

    Carpe Diem

    Amén. Me lo he leído todo, pero creo que pasa lo de siempre que no es otra cosa que el interés que todos tenemos en coger lo que podamos sin que nos cojan a nosotros lo que ellos puedan. Ya que no siempre sabes que haces mal, o haces como que no sabes.

    El problema luego son los palos, ya que uno puede apoyar o dejar de apoyar a otros, pero los palos los va a recibir solo y no en conjunto con unos y otros. Que sí que todos recibirán, vale pero uno a uno y no a todos les duele de la misma forma, y para el que no opinó, también palo.

    Osease, que tienes razón, ya que para tachar a otro de algo tú debes estar limpio y esto no sucede.

    Más razón que un santo, Antonio. Para no repetir lo que ya dije en mi bitácora, diré que, en efecto, lanzarle la Carta Magna a un gobierno en toda la cara así porque me quitan "lo gratis" es como para meditarlo seriamente. Si en las democracias "consolidadas" como Suecia o Reino Unido se protege el derecho de autor, ¿por qué no íbamos a protegerlo nosotros y que, al tiempo, se respete la libertad de expresión, a la privacidad, etc. que reconoce LA PROPIA CONSTITUCIÓN? En fin, veremos qué pasa. Los blogosféricos... qué poco nivel. ^_^

    Bueno, veo que no todos son de esa extraña opinión que parece representa al 100% de la blogocosa.

    Si antes la blogocosa eran poco más de 2% de los blogs que habían, ahora ésta se ha expandido como un virus. En fin, ya veremos en qué queda todo esto.

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