Hace un tiempo se montó la de Dios es Cristo cuando los políticos dijeron pretender desembarcar en la blogosfera escribiendo en Bitácoras que finalmente solo fueron actualizadas mientras la campaña electoral estuvo en marcha.

Alguno, no tengo ganas ahora de rebuscar en mis feeds ni en Google, se molestaron en cuantificar cuantos políticos se habían creado un blog y los clasificaron según sus respectivos partidos políticos. Todos ellos acabaron verificando que los blogs fueron abandonados tan pronto dejaron de ser rentables electoralmente a los interesados y otros acabaron confesando que no eran ellos, sino sus negros particulares, quienes los escribían aunque eso sí, aseguraban que en ellos quedaba plasmada exactamente su propia opinión a cerca de los temas que eran tratados. A mi sinceramente siempre me costó creer eso.

El caso es que recuerdo que cuando todo aquello ocurrió, muchos nos pusimos a protestar y advertir sobre el peligro que suponía el que unos políticos se personaran en la plaza del pueblo y encandilaran con sus arengas a miles y miles de paseantes, que impresionados por la relevancia que suponía el hablar directamente con quien es un ser inalcanzable físicamente en la realidad, acabaran convirtiéndose en simples comparsas de éstos y terminarán transformando aquel pequeño espacio de libertad que era la blogosfera, en un simple ring en el que dos bandos acabaran pegándose tal cual ocurría en aquellos momentos en los medios de comunicación tradicionales.

En un primer momento todo este desastroso final pareció perderse en el Olimpo de los imposibles. Es más, muchos blogs políticos acabaron cerrando y pareció de verdad que la blogosfera se podría mantener más o menos limpia de toda esa impureza que suponía la evangelización política.

Y entonces llegaron los comentarios en los periódicos, Twitter y las Redes de blogs políticas.

La llegada de los comentarios en periódicos on-line favoreció que esa lucha fratricida entre los simpatizantes de los diferentes partidos políticos se viera escenificada en todas y cada una de las noticias de éstos. Y a raíz de ello algunos como El País decidieron facilitar la creación de blogs a sus usuarios en su sistema creando así una Red de blogs llamada La Comunidad. Afortunadamente nadie salvo ellos llegaron tan lejos y casi todos optaron simplemente por ofrecer a sus propios periodistas administrar sus blogs bajo el dominio de su periódico on-line. El desembarco del partidismo político se acercaba, pero aún nos quedaba lejano y difuso.

Con Twitter los políticos consiguieron una presencia real en el Time-Line de muchos usuarios mediante un método sencillo, liviano y poco laborioso, que les permitió hacer públicos sus intencionados pensamientos. Un ejemplo de ello fue lo de aquella comisión de la Comunidad de Madrid en la que aquella diputada fue amonestada por la sala por utilizar Twitter. Otra fue el desembarco de los guardianes del #manifiesto en aquella inútil reunión con el gobierno a cuenta de la Ley Sinde que finalmente no sirvió para nada, salvo eso sí, para que esos gurúes se personaran en la reunión diciendo que no representaban a la blogosfera, pero representándola aún sin querer tan solo por el mero hecho de estar allí presentes.

La llegada de las Redes de Blogs Políticos fue muy anterior a la de Twitter, pero fue con la llegada de éste cuando se hicieron famosas. No hay que olvidar que los blogs son blogs y que los de los políticos no suelen enlazar a nadie ni interactuar con otros blogs como lo suelen hacer los demás, por lo que su visibilidad en la blogosfera era nula hasta que el soporte de un atril como Twitter los hizo visibles a todos.

Con twits a mansalva inundando el time-line de miles de usuarios, la llegada de los medios tradicionales a éste y con ello su capacidad de influencia política sobre sus seguidores, y el descubrimiento tardío de las cualidades propagandísticas que ofrece el mantenimiento de un blog, la blogosfera dejó de ser esa extensa pradera libre de escoria para convertirse en un mero tablón en donde cada partido político continúa su degradante lucha diaria por un voto que solo se realizará cada cuatro años.

Hace mucho tiempo criticaba que los bloguers no se preocuparan por las cosas que ocurrían en el día a día de todos y se limitaran a despreciar las impresionantes posibilidades que les ofrecía su propio medio de comunicación personal. Hoy no se si es que siempre estuve equivocado y quienes realmente supieron utilizar sus blogs fueron ellos.

2 Comentarios:

    Anónimo el 2 de mayo de 2010, 22:10 dijo...  

    Me gusta mucho la línea de artículos que llevas últimamente, pero tienes razón, en algo no nos pondremos de acuerdo. Para mí, los blogueros, son la minoría, incapaces, por número, de consumir todo lo que se produce y sucede en la blogosfera.

    Si es cierto que los blogueros son los que mayoritariamente comentan. Pero no ocupan nuestro porcentaje mayoritario de visitas. La inmensa mayoría son lectores esporádicos en busca de algún tema en concreto.

    Yo, escribiré algo al respecto, estoy por fomentar otro tipo de actitud en los lectores. Aunque eso supone una enorme utopía.

    Somos el país de los enormes éxitos de Gran Hermano y no creo que la red sea ajena a eso.

    ¡¡¡Un abrazo!!!

    Pues te espera un arduo trabajo Ángel. Ya es bastante difícil conseguir que se hable de pederastia como para meternos en responsabilidades a la hora de elegir lecturas e interactuar jejeje

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