Hemos llegado a la absurda situación en España de tener que soportar que todo aquello que no sea entendido como políticamente correcto, acabe siendo demonizado y tachado de antisocial, discriminatorio o fascistoide.

Basta con observar todos y cada uno de los apuntes que en la prensa de un lado del cuadrilátero político se aúpan al albur de una opinión ciudadana direccionada desde los mismos atriles que los sustentas y que consiguen hacer sentirse culpables a quienes desde la objetividad y la razón creen equivocadamente que tales o cuales medidas son justas y necesarias para conseguir una convivencia pacífica.

¿Un ejemplo? Basta con esta tribuna de El País de hoy

…los ediles de CiU y el Partido Popular en Vic y Llavaneres han anunciado su intención de denunciar a los inmigrantes en situación irregular que se inscriban en el padrón. Un tercer municipio catalán, El Vendrell, ha acordado hacer otro tanto con los ilegales detectados a través de trámites administrativos corrientes. Se trata de iniciativas que, al transferir responsabilidades a instancias distintas de los ayuntamientos, abren para estos un territorio en el que se puede endurecer a conveniencia el discurso contra los ilegales y, simultáneamente, declararse incompetente para llevarlo a la práctica…

Y digo yo, si nos quejamos de que los políticos no toman medidas concretas para hacer que la ley se cumpla sin dilación, y los acusamos acto seguido de xenófobos, racistas y colocapalos de la convivencia pacífica cuando se deciden a cumplir la ley…¿no significará que somos nosotros quienes les impedimos ponerse a ello dada nuestra evidente tendencia a practicar la demagogia barata?

2 Comentarios:

    Anónimo el 4 de mayo de 2010, 13:56 dijo...  

    Tienes más razón que un santo. O se permite o no se permite, pero hay que elegir.
    Ah, claro, pero eso supondría perder a una u otra parte del electorado...

    Pues eso, no puede ser que propugnemos unas leyes y que después nos desentendamos de ellas. O dejamos que todos puedan vivir o nos encadenamos a unos papeles, pero las dos cosas a la vez es imposible.

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