La prueba, sin ir mas lejos, la tenemos en nuestros buenos amigos Marcelino, Joan y Luna. Tres bloguers que han decidido que la piedra filosofal de sus bitácoras sea la lucha contra la pederastia y que no han conseguido más que unos cuantos comentarios, otros tantos posts de apoyo y algún que otro enlace perdido reconociendo su loable labor.

Entre los tres suman más o menos doce o trece años de denuncias continuadas de lo que sucede en la red, y en el primer caso, el de Marcelino, lo más cerca que ha estado de solucionar algo se ha traducido en meras buenas palabras y palmaditas en la espalda que al final no han servido para nada. Además le han cerrado una cuenta live, su blog de Spaces y le han eliminado dos cuentas de Twitter.

Ese ha sido el precio que ha pagado por mostrar la verdad. Eso lo que cuesta hacerlo. Esa la lección que todos hemos aprendido ya.

Esa es la realidad de la blogosfera.

No somos periodistas, es verdad, pero es que ni siquiera a la suela de los zapatos les llegamos a esos profesionales y ya nos creemos que por escribir un post en nuestro blog va a temblar la tierra bajo los pies de quien ose ofendernos con la palabra. Miramos a quien nos pretende engañar y pensamos, que en cuanto nos enfrentemos al teclado de nuestro ordenador, le dedicaremos un post que lo pondrá a caer de un burro para que se entere de lo que vale un duro, e ignoramos, oh! pobres neófitos de la profesión, que hay algo mucho más importante que el talento para que nuestros escritos lleguen a tener eco en la actualidad, hace falta un atril desde el que darlos a conocer.

Los periodistas, que son quienes es verdad que sí lo tienen, están atenazados por compromisos de sus empresas con esas otras empresas dueñas de los lugares en donde se cometen tan horrendos delitos y por tanto nada pueden hacer en favor de estas protestas salvo a título personal, lo que invalida de todas todas su atril y convierte sus posts en otras tantas gotas de una fina lluvia llamada blogocosa.

Escribir posts nos ayuda a nosotros, pero no a quienes parece que queremos defender.

Es como si nos hubiésemos convertido en simples perritos falderos, que osan ladrar al individuo del otro lado de la valla tan solo porque saben, a ciencia cierta, que éste nunca la traspasará y por tanto no tomará represalias contra nosotros. Ladridos que a oídos de los que escuchan no significan nada más que simple ruido y que no llegan a transmitir la realidad que pretenden dar a conocer. Ni siquiera conseguimos propagar esta lucha entre los millones de perritos falderos que a nuestro lado ladran a su individuo particular sin prestar atención a su alrededor.

Tres años luchando para que a uno lo llamen pedófilo, eso le ha pasado a Marcelino.

Tres años de tu vida tirados a la basura simplemente porque aquí, en la blogocosa, cualquiera te dice que hace relojes y se lo cree. Tres años de en mi blog se escribe de lo que yo quiero. Tres años de llamarte mentiroso, buscapleitos, necesitado de fama. Tres años de dolor de cabeza sin un solo día de respiro.

Tres años en los que siempre he visto hablar de esto a los mismos bloguers. Tres años y todo, absolutamente todo, está tal cual lo encontraron estos tres grandes bloguers por primera vez. Tres años y la inmunidad es la principal de las características que reflejan la realidad de la pornografía infantil en la red. Trece años, de tres vidas, prácticamente tirados a la basura.

Espero que a partir de hoy esos trece años adquieran la importancia que realmente merecen. De corazón lo espero.

4 Comentarios:

    El periodismo libre e independiente parece que no es rentable económicamente.

    Un saludo

    No se trata solo de periodistas Javier, se trata de bloguers y lo insignificantes que somos en la realidad, cuando lo que ocurre es que nos creemos el quinto poder...

    Mucho blablabla, pero pocas denuncias reales frente a la policía, pocos avisos de violación de las condiciones del servicio, en fin, que mucha pataleta articulera pero poca realidad reivindicativa...

    Pues te equivocas.

    Gracias a estos blogs y a otros tantos he dado a conocer y he mostrado a algunos familiares lo sencillo que es, que manipulen a tus hijos si no les adviertes, aconsejas y velas por su seguridad en la red.

    Les he mostrado las consecuencias y los comentarios de algunas fotos, y no llegaban a creer que eso les pudiera pasar a ellos.

    Los periodistas no son libres como tu dices para expresarse, pero tu SI.

    Además esta lucha viene de antes de los romanos por decirte algo y seguirá hasta dios sabe cuando.

    Con lo cual queda claro que las denuncias son lentas y no siempre efectivas, en cambio la información y la prevención sí son efectivas aunque no lo veamos.

    En fin discrepo en eso de X años tirados a la basura.

    Hay otras cosas que han tenido muchísima mas difusión dentro de la blogocosa y que sin embargo carecen de la importancia que tiene esto de la pornografía infantil. El mayor obstáculo que hay para que esta lucha salga a la luz está dentro mismo de la blogosfera, justo en esos blogs que dicen que esta lucha pretende la censura de la pornografía...

    En fin, en todo caso esto es solo cuestión de percepciones, y esta es la mía...

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