Y es que si hace unos años algunos se empreñaron en matar a los blogs sin que aparentemente ese asesinato se haya llevado a cabo aún, hoy esos mismos han decidido que lo que debe morir es la web en sí misma, dando paso así al predominio de las aplicaciones sobre las propias páginas web.

Primero nos moríamos de inanición, después resultó que nos asesinaban las Redes Sociales, más tarde serían herramientas como Twitter (con su particular pelea personal para diferenciarse de las Redes Sociales), quien acabaría con la existencia de los blogs por su simplicidad e inmediatez en las reacciones…y cuando al final nada de esto ha surtido el efecto deseado, llegan los de siempre y nos matan a lo bestia borrando la tierra sobre la que caminamos.

Y es que todo esto es el resultado de moverse a golpe de moda.

Sucumbieron las antiguas creencias de que las Redes Sociales eran malas y pasaron a ser buenas por el efecto socializador de las mismas. Fueron malas prácticas aquellas que consistían en poner publicidad en el blog, después pasaron a ser buenas y necesarias para la profesionalización de los mismos. Más tarde utilizar una herramienta como Twitter, que se parecía en demasía a los SMS en su escritura (al menos la primigenia) era una aberración, hoy se cuentan los twits por millones y la mayoría del tráfico que se genera en los blogs es a través de ella.

…A ver cuando dejan de matarnos y nos permiten respirar un poquito…

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