Gracias a Kurioso descubrimos una película-documental de poco más de once minutos, que en el año 1959 fue filmada para consumo exclusivo del Caudillo de España, el General Franco, y así evitarle la cansina obligación de volver a ir de nuevo a las barriadas de Bilbao para comprobar el estado de las obras que obligó a realizar para borrar del mapa el mar de chabolas que allí había instaladas.

Y lo curioso de la película en sí, son la ingente cantidad de mensajes subliminales que se adivinan y que el director Jordi Grau se atrevió a incluir a sabiendas de que la película-documental no iba a estar destinada ni a cines ni televisiones, sino que sería visionada exclusivamente por el Dictador que en aquellos días gobernaba no sólo nuestras vidas, sino también las miserias y las tristezas que la llenaban.

Por cierto, os aconsejo que vayáis allí a leer su artículo. Seguro que os gustará y comprenderéis mejor el valor simbólico e histórico de este pequeño corto.

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