pc ardiendoMi Reader ha entrado en ebullición hoy al publicarse decenas de posts en los que se desprecia la Constitución que años atrás tantas loas se llevó sobre sus espaldas. Es curioso, porque siendo yo alguien a quien nunca le gustó aquel café para todos que tanto alabaron algunos y por el que nunca se dignaron la protestar los que hoy echan pestes a diestro y siniestro, nunca se me ocurrió deslegitimarla como hoy hacen algunos insensatos. Incluso hay quien dice abiertamente que para él estamos en el mismo punto que hace treinta y tres años. Yo diría más, estamos justo en las antípodas de aquello; hoy mandan los nacionalismos sobre España entera, antes era al revés…

El caso es que cada vez veo más claro que en esto de opinar vale más la bilis que la sensatez. Y digo más, para algunos las cosas son buenas mientras no afectan a sus convicciones. Todos los que hoy han decidido escribir posts apocalípticos que dejan caer sobre sus lectores la afirmación de que ya no les sirve la Constitución del 78 son la prueba evidente de ello. Cuando yo decía que la Constitución erraba al someterse a la hegemonía periférica me llamaban anti-demócrata. Hoy esos mismos han decidido que incluir un techo de gasto en la Constitución es poco menos que arrastrar por el barro la soberanía popular.

¿Dije yo alguna vez que la Constitución no me valía? No. Sencillamente me limitaba a decir que no me gustaba, pero que puesto que ésta emanó de la soberanía popular, mi obligación como ciudadano era aceptarla y aprender a convivir con ella. Ellos sin embargo, a las primeras de cambio han decidido que ya no les vale. Así de sencillo. Como no les gusta no es legítima. Sin más. ¿No ven ustedes lo necio de la situación?

Señores míos, aprendan a vivir en Democracia antes de atreverse a deslegitimar la ley de la que nacen todos y cada uno de los derechos que los Españoles disfrutamos. Prívennos, si es posible, de su simpleza de miras y de la bilis venenosa que rezuma su más que limitado intelecto democrático…

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