Verán, servidor es alguien a quien le es imposible posicionarse definitivamente en cualquier tema. Soy de esos que un día pueden ser ‘pera’ y al siguiente ‘manzana’, sin que por ello tenga que ser uno diagnosticado de desdoblamiento de personalidad ninguno. Le doy muchas vueltas a las cosas, y aún tras escribir un post, puedo acabar retractándome parcialmente de lo dicho si alguien aparece, de entre la bruma dospuntocerista, y me da razones que contradigan lo escrito.

Un buen amigo me ha dicho que de vez en cuando no digo más que estupideces. La verdad, servidor se lee a sí mismo y no puede estar más de acuerdo en ello. Digo más, uno no llega a comprender en qué estado mental escribe cuando teclea alguna barbaridad que más tarde se ve obligado a rectificar. Lo único que puedo decir en mi defensa es que no soy capaz de pensar dos veces lo que acabo plasmando en el blog. Lo lamento, pero sólo así se escribir por aquí.

Ese amigo es alguien a quien admiro. Pero no por ser quien es, en realidad no es nadie, sino por lo que hace y dice por estos lares. Es un tipo singular y centrado. Alguien que seguramente te cruzarías por la calle y ni te dignarías a mirar. Un ciudadano más de los millones que poblamos el mundo. Uno de esos que servidor se extraña de haber encontrado por aquí. Un tío entregado a una causa noble que le provoca más de un disgusto y a la que aún así se niega a renunciar por principios…y por humanidad.

Seguramente éste buen amigo dirá alguna que otra barbaridad y tendrá también a algún Pepito Grillo particular que se lo recriminará. Y como yo, seguramente también él hará examen de conciencia y recapacitará sobre lo dicho y escrito, analizando con ojos foráneos lo que un día decidió que debía compartir, sin que haya necesidad de guardar inquina ninguna hacia quien simplemente decidió hacer uso de la confianza mutua que honradamente dio por hecha.

Yo, un sencillo camionero cuyos estudios se limitan al extinto EGB, sólo quiero decirle a ese muy buen amigo lo que él ya sabe y que espero que ya sepan todos ustedes. Pueden venir a este rincón con la tranquilidad de saber que nada de lo que le deseen recriminar al autor del blog traerá consigo enemistad ninguna. Es más, les puedo asegurar que más bien al contrario, ustedes encontrarán en mi a alguien más que dispuesto a sopesar sus críticas y puntos de vista. Nunca pretendí venir a este mundillo para buscar enemigos, sino más bien al contrario, a descubrir hasta qué punto podemos llegar a sentirnos completamente realizados debatiendo con los demás.

Soy voluble, cambiante y endiabladamente consciente de que nadie posee la verdad sobre nada. Pero por encima de todas las cosas, soy alguien que admira la franqueza, la verdad y la posibilidad de entrar en contradicciones sin que ello lleve derivados prejuicios personales ningunos.

Sí. Digo estupideces amigo mío. Pero te voy a decir una cosa; me alegro de que de vez en cuando me lo recuerdes. Sólo así se puede demostrar una amistad sincera. Y solo así podría escribir un post como este…

4 Comentarios:

    Hay un dicho que reza: los principios son como la virginidad, una vez que los pierdes ya no se recuperan.
    Lo de las estupideces, como casi todo, es relativo.
    Salu2

    Cierto...jejeje

    Yo no creo que digas estupideces.

    Muchas gracias por la confianza...pero alguna si que suelto por esta boquita jejeje

Publicar un comentario