ESPAÑA HUELGA GENERAL

Supongo que ustedes como yo estarán cansados de leer interpretaciones de la pasada huelga general. Supongo, creo de nuevo, que a ninguno de ustedes les habrá cambiado el sentido del voto, que en clave electoral, estaría en juego para los partidos. Y supongo, creo por tercera vez, que es por eso por lo que el mensaje de los partidos políticos cae en un pozo sin fondo al no ser capaces de hacer una lectura similar a la que las dos afirmaciones primeras aseveran.

Hay muchas cosas en las que los partidos políticos se equivocan y una de ellas, la primordial si me lo permiten, es que no saben interpretar lo que la sociedad en las calles les cuenta y pide.

Hagamos un ejercicio supositorio como ejemplo: yo no votaré nunca al PSOE mientras éste no sea capaz de definirse territorialmente en un sentido que me agrade. Del mismo modo, votaré al que más se aproxime a lo que a mi me gustaría que sucediese. Y sabiendo como ya se que los dos, PP y PSOE, tienen la misma política económica en la cartera y el resto de los partidos se debaten entre el populismo y la farándula, el rasgo que definirá mi voto será siempre el territorial. Por tanto, estando este tema como está con Cataluña por en medio y el País Vasco en el horizonte, es evidente que éste no se decantará probablemente hacia la izquierda.

Sin embargo llega el día de la manifestación y los convocantes se sitúan con la calculadora incluyéndome entre los que están en contra de las políticas del gobierno. Aciertan. Pero acto seguido se atreven a interpretar mi presencia allí como un claro apoyo a sus propias posiciones. Craso error. Más cuando quien aquí escribe recuerda que durante cuatro años ellos no hicieron nada para cambiar el destino invariable de la deriva económica del país cuando éste iba bien, y se dedicaron a negar la evidencia cuando nuestro Titanic económico particular tropezaba torpemente contra el cubito de hielo que lo haría hundirse sin remedio en el agujero económico-social en que se encuentra en estos momentos.ç

Así las cosas habría que recordar a los políticos que una cosa es que uno se manifieste en contra de unas políticas y otra muy distinta que decida ofrecer su voto automáticamente al contrario. Se puede estar en contra de una política económica y continuar viendo a los que están en frente como los causantes de la mayoría de los problemas que padecemos. Y eso deja una lectura más que clara de lo que servidor piensa que pasó el día catorce; enfadado y desengañado sí, pero no cambio mi voto.

Pd: Yo perdí mi empleo cuando estaba Zapatero en el poder. Tuve que sufrir la complicidad de sindicatos y gobierno para quitar hierro al asunto. Viví con estupefacción cómo el PP se negaba a apoyar aquella huelga a Jose Luís. Esta semana he visto cómo, los que ayer quitaban hierro hoy ven el apocalipsis económico en ciernes. Los que no se manifestaron por mi, me piden que lo haga ahora por ellos. Para secundar sus políticas. Las mismas que nos trajeron aquí.

Pd2: No señores, ustedes me dejaron abandonado hace cuatro años a mi suerte y sólo mi determinación y la combinación con un tanto de suerte buscada lograron que saliera del agujero en que me encontraba. Si entonces no me defendieron, no pretendan que los apoye ahora. Las mismas personas de antes son las que hoy están en el paro. Las mismas a las que ayer negaron el derecho a estar enfadados y excusaron con chorradas. Esto es que lo ustedes han conseguido con su servilismo y trilerismo politiquero.

Pd3: Ahora no lloren ni llamen borregos a quienes ya nunca volverán a tragarse sus mentiras.

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