La externalización u outsourcing se puede definir como aquella estrategia empresarial dirigida a obtener ventajas competitivas de primer orden o de rango superior (I+D+i) y/o de segundo orden o de rango inferior (menores costes salariales) mediante la contratación de servicios para la empresa en el exterior de la misma. vía economyblog.

Se ha hablado mucho sobre ello en estos meses y creo que estaremos de acuerdo en que la idea de nuestros gobernantes va más encaminada a la segunda acepción que cita el bueno de Rafael Pampillón que a la primera. Ayer, mientras veía el documental de Michael Moore sobre la sanidad Americana me dio por pensar en la cantidad de servicios que, sin darnos cuenta, hemos acabado externalizando en la Sanidad Española sin que ello nos haya supuesto problema alguno. Algunos ejemplos claros de esto son las farmacias, la ambulancias, los dentistas o los propios oculistas.

Mientras veía el documental y contemplaba el tono irónico que Michael utilizaba para insinuar que los Americanos residentes en países como Inglaterra o Francia lo engañaban al referirse a la susodicha gratuidad, no pude más que enorgullecerme por habitar en un país en el que dicha sanidad me estaba asegurada. Pero aún así, la pregunta recurrente que Michael se hacía a sí mismo, esa en la que se refería a quien pagaría dicho gasto, la misma que tan pobremente quedó contestada con un simplista “los ahogan a impuestos”, me hizo pensar en lo desorbitada que en realidad era la cifra del gasto farmacéutico. Y entonces me pregunté porqué un día hubo la necesidad de ofrecer a los farmacéuticos la posibilidad de hacer negocio con nuestros medicamentos.

Recordemos en este punto la huelga que hicieron las farmacias debido al impago referente a los medicamentos que ya habían sido expedidos con antelación. Hasta cierto punto yo mismo estaría a favor de la misma. El conflicto hizo que el Ministerio se preguntara si no había llegado la hora de ponerse manos a la obra con la liberación de las farmacias. Ya saben, eso de externalizar lo externalizado eliminando los privilegios de un gremio y ofreciéndoselos al resto del mundo por igual. La propia María R. Sahuquillo lo explicaba muy bien en su artículo para El País titulado la farmacia en el Supermercado.

Pero es aquí donde hay que hacerse las preguntas precisas. Por ejemplo, ¿qué es lo que buscamos, que todos puedan hacer negocio o que la sanidad sea sostenible? La liberalización de las farmacias tan solo tendría un efecto limitado y temporal en el propio gasto. Habría más puntos de venta pero, y aquí viene la segunda cuestión, todos tendrían posibilidades de negocio a costa de los medicamentos que necesitamos para sanarnos. Y como han demostrado los diferentes oligopolios tanto petroleros como energéticos, la competencia a la baja nunca ha sido el fuerte de las grandes empresas, sino más bien al contrario.

Así las cosas, ¿porqué no optar por la tercera vía? Imaginemos que ya nadie puede hacer negocio con los medicamentos que el médico nos receta. Pongamos que decidimos que en todos los Hospitales y Ambulatorios colocamos una ventanilla desde la que sencillamente se nos proporciona la dosis exacta de medicamentos que el médico nos ha recetado. Fantaseemos con la posibilidad de que en lugar de las Farmacias fuera el propio estado quien pagara los medicamentos a coste de fábrica. Sopesemos la diferencia de precio que ello supondría para el ya mencionado desmesurado gasto sanitario…

Tal vez sea que la cuestión no es externalizar o no, sino sencillamente des-externalizar lo que nunca debió quedar en manos de ningún gremio.

1 Comentarios:

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