Quisiera que me explicaran cómo puede ser tan complicado convertirse en político y seguir siendo un ser humano normal. Cómo se puede llegar al punto de incluso cambiar convicciones personales por otras asumidas o inspiradas por terceros, o en el caso de los políticos, convenciones políticas ideadas para la homogeneización confesional de los militantes. Cómo se puede aceptar sin remilgos eso y seguir pudiéndose mirar uno a la cara frente al espejo. En ambos casos, izquierdas y derechas, se practica el 'si te mueves no sales en la foto'. Los de hoy han fallado, pero los de ayer sólo fueron conscientes de hasta donde metieron la gamba cuando ya no había remedio.

¿Tan complicado era matizar la ley del aborto para hacerla mejor? Ministro, usted tan solo debía modificar un par de sencillas cosas; aquello de que una niña no debiera comunicar a sus padres que iba a abortar y lo referente a la necesidad de la receta médica para la dispensación de la píldora del día después. Dos sencillas cuestiones que no hubieren supuesto poner en el disparadero a una sociedad, la Española, que bastante tiene ya con aguantarles a ustedes, derechas e izquierdas, a diario con sus sermones, sus salva-patrias en formato panfletero, y sus sí pero no y ahora es menos de lo que llegó a ser aún cuando se aseguró que no sería nada. Que esa es otra. Primero nos dicen que la luz no subirá. Luego se nos atragantan las gambas con un 11%. Y ahora se nos dan palmaditas en la espalda con un 'será sólo el 2'3%'. 

Hay que ser hijos de puta, malnacidos y rastreros para tomar el pelo a la ciudadanía de esa manera. Y me contengo y no hablo de esos pseudoperiodistas que llevan desde antes de que ganara el PP las elecciones profetizando el fin del mundo. Periodismo y política. Tal vez los dos oficios más tóxicos para la sociedad civil en estos días.

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