Puede que si un día alguien decidiera darle un repaso al blog para sacar una conclusión sobre su autor, con sus palabras plasmadas por aquí como única referencia, terminara para asumir que servidor no fue más que un talibán de la crítica al periodismo. En cierto modo no iría desencaminado. Baste con leer un poco al azar para darse cuenta de que cualquier otra conclusión sería errónea. Y no es que uno naciera con semejante animadversión hacia el periodista, sino que más bien fue un truculento viaje a ninguna parte de la mano de quienes, con sus palabras y reportajes, manipularon y omitieron informaciones con el único fin de convertirse en catalizadores de opinión y creadores de tendencia electoral los que me llevaron a la situación actual.
Foto de Jot Down
Servidor se sorprende al descubrir cuan sencillo sería para sí reconciliarse con un colectivo como el periodístico si, por casualidad, todos sus representantes aceptaran sincerarse como lo hace Leila Guerreiro en una entrevista para Jot Down. Y aún así a quien aquí escribe le preocupa que incluso esa aparente sinceridad no sea más que una pose más en la estudiada presentación en sociedad de quien vive sin duda del aura de independencia que exhibe. Y ahí radica, en mi modesta opinión, la tristeza del momento crítico que padece el periodismo en la actualidad.

Si ya ni de sus confesiones personales expuestas en una entrevista nos podemos fiar...

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