Hay veces en las que se pierde la perspectiva. Días en los que la confusión que generan las malas noticias, las malas perspectivas, las nulas esperanzas, emponzoñan el corazón de cualquiera de nosotros y nos empujan hacia un desánimo destructivo que se enfoca exclusivamente al contagio de nuestra rabia a todos cuantos se encuentran a alrededor. Lo que viene a ser un día malo.

Curiosamente suelen ser común denominador de esos días las malas noticias económicas. Micro-económicas, para ser exactos. Tanto como nuestros sueldos. Minúsculos. Anodinos. Insignificantes. Lo único que suele acabar con un día de esos a menudo es una sonrisa, una canción, un abrazo. ¿Que cómo lo se? Tengo familia, como ustedes, una radio también como ustedes y gente a mi alrededor. ¿Qué más se necesita? Ganas de superarlos. Nada más.

Así que les dejo con Toni Zenet para superar sus frustraciones.


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