Esta semana me he reído mucho a cuenta de la compra de Whatsapp por parte de Facebook. Y es que al conocerse la noticia no pude más que recordar a todos los usuarios sabiondos, yo incluído, que defendieron durante años la necesidad de diferenciar muy bien entre lo público y lo privado en las redes sociales. Ya saben, aquello de no publicar en las RRSS lo que ni por asomo te atreverías a confesarle a un completo desconocido. El tuit de Virginia Alonso fue el detonante de la más gutural de mis carcajadas...

Con la compra de whatsapp, Faceboock tiene acceso no sólo a las fotos y comentarios que colgamos en su red, sino además ahora a nuestras conversaciones más íntimas, nuestra geolocalización sin necesidad de que nos lo pida, o nuestro número de teléfono sin ir más lejos. Y todo eso lo guardará en un servidor perdido de la mano de Dios, no lo duden, del mismo modo que Google guarda todas nuestras búsquedas en tal cual otro servidor escondido, inclusive las que hacemos de incógnito. ¿O es que aún son tan ingenuos que creen de verdad que el macro buscador va a renunciar a los datos que le pueden proporcionar las búsquedas más privadas que podamos hacer con él?

Hoy no puedo más que reírme de mi mismo y de todos los que durante años de desgañitaron pidiendo que fuéramos responsables a la hora de utilizar internet. Ahora da lo mismo lo que hagas y las precauciones que tomes, todos saben lo que haces sin necesidad de pedirte permisos. Les basta con revisar tu actividad en sus servidores...Ay privacidad! Dónde estás que ya no alcanzo a encontrarte!

0 Comentarios:

Publicar un comentario